(Tomado del libro en preparación: Las 36 situaciones dramáticas de Polti de Frank Baiz)
Los elementos dinámicos que intervienen en la primera situación analizada por George Polti, denominada por el autor la imploración o súplica, son: Un perseguidor, un suplicante y una figura que tiene el poder de tomar la decisión que afecta al suplicante (llamémosle juez), pero se encuentra indecisa. Hay que hacer notar que considerados por Polti los elementos dinámicos son papeles dramáticos y no necesariamente personajes. Polti considera las siguientes modalidades de la súplica, dependiendo del personaje en que recaiga la suerte del suplicante:
A. Que los tres papeles recaigan en personajes diferentes (fugitivos que suplican a un poderoso ayuda contra sus enemigos, como en Las suplicantes de Esquilo; personajes carentes de poder que ruegan a un personaje poderoso por un permiso para realizar algo prohibido, como en Los eleusinos de Esquilo; personajes que ruegan por un refugio donde morir, como en Edipo en Colono).
B. Que los papeles de perseguidor y juez recaigan en un mismo personaje (un náufrago demanda hospitalidad, como en Nausicaa y los feacios de Sófocles; un grupo de desterrados por su propia gente implora por la caridad ajena, como en Los cretenses de Eurípides; alguien que busca expiar sus culpas, ser perdonado o liberado, como los lanceros misios en Los persas de Esquilo; alguien que suplica para que le sea entregado un cadáver o una reliquia, como sucede en el vigésimo cuarto canto de La Ilíada).
C. Que el papel del suplicante recaiga en dos personajes: el perseguido y el intermediario (alguien que suplica a un poderoso en favor de seres queridos, como sucede en Esther de Racine; la súplica de un pariente a otro pariente, como sucede con Eurísaces en Ayax de Esquilo; alguien que suplica a la madre de la enamorada en favor de esta, como ocurre en El hijo del amor de Bataille).
Polti identifica en la súplica una fuente de emociones intensas. Sin embargo, no especifica a cuál de las treinta y seis emociones corresponde esta situación, ni en este caso ni en los siguientes. Se podría inferir que la emoción asociada con la súplica es el temor del suplicante. Es posible, además, que alrededor de la súplica se despliegue una constelación de emociones tanto en el suplicante, como en el perseguidor: desesperación, esperanza, humildad, miedo, tristeza, gratitud, frustración, y también, asco, desprecio, indiferencia, ingratitud. La situación de la súplica es frecuente en géneros como el horror y el melodrama, aunque también aparece en el drama y en géneros diversos. Algunas recomendaciones referidas a esta situación dramática son:
- La situación de súplica es útil para crear una historia con un personaje principal vulnerable que necesita la ayuda de otros. Es ideal para explorar temas como la compasión, la empatía y la redención, y para historias con un final esperanzador.
- Esta situación es adecuada cuando un personaje está en una circunstancia desesperada y requiere ayuda urgente. Para usarla, desarrolla un personaje principal que despierte la simpatía del lector o espectador y crea una situación en la que necesite ayuda. Introduce personajes que puedan ayudar y personajes que apoyen al perseguidor, y explora sus motivaciones.
- Intensifica las motivaciones, la capacidad de control sobre la situación, y la alevosía del perseguidor.
- Lleva al personaje principal a través de pruebas y desafíos antes de que reciba la ayuda necesaria y, eventualmente, concluye con un final satisfactorio en el que obtenga (o no) lo que desea o aprenda (o no aprenda) una lección.
Algunos ejemplos de la situación de la súplica en el cine son:
- Salvar al soldado Ryan (Steven Spielberg, 1998) – En una escena importante, el personaje del soldado Ryan ruega por su vida mientras está rodeado por el enemigo durante la Segunda Guerra Mundial.
- También hay situaciones de ruego en La lista de Schindler (1993), del mismo director, en la que varios personajes judíos ruegan por sus vidas cuando son seleccionados para ser enviados a campos de concentración.
- Dentro de los géneros de terror y de horror abundan los ejemplos de súplica asociados con las acciones letales del monstruo, como en Misery (Rob Reiner, 1990). El personaje de Paul Sheldon implora por su vida mientras es retenido por Annie Wilkes, una admiradora perturbada.
- También El exorcista (William Friedkin, 1973). En una escena muy conocida, la joven poseída Regan ruega por su vida mientras es sometida a un exorcismo.
- Similarmente Saw (James Wan, 2004). En esta película de terror, varios personajes son atrapados en una trampa mortal por un asesino en serie, y ruegan por su salvación mientras tratan de encontrar una manera de escapar.
- De la misma manera, La masacre de Texas (Tobe Hooper, 1974). En una de las escenas más aterradoras de la película, el personaje de Sally implora por su vida mientras es perseguida por Leatherface, un asesino enmascarado.
- Viernes 13 (Sean S. Cunningham, 1980). En este filme del subgénero slasher, varios personajes son perseguidos y asesinados por el temible Jason Voorhees, mientras piden clemencia por sus vidas.
- La noche de Halloween (John Carpenter, 1978). En una de las escenas más tensas de la película, la protagonista Laurie Strode clama por su vida cuando es perseguida por el asesino enmascarado Michael Myers. La súplica frente a la actitud violenta aparece también en conocidas películas latinoamericanas, por ejemplo:
- Amores perros (Alejandro González Iñárritu, 2000). En una de las historias de la película el personaje de Octavio clama por su vida mientras es perseguido por traficantes de drogas.
- La ley de Herodes (Luis Estrada, 1999). En esta comedia negra mexicana, el personaje de Juan Vargas pide por su vida mientras es perseguido por el pueblo que lo eligió como alcalde. Otros filmes muestran la variante religiosa de la súplica:
- El ángel exterminador (Luis Buñuel, 1962). En una de las escenas, avanzada la película, los personajes, ya agotados y presa de la desesperación, rezan y claman por sus vidas.
- Diles que no me maten (Freddy Siso, 1985). En esta película, basada en un cuento de Juan Rulfo, la situación de súplica (un hombre llamado Juvencio Nava, asesino de su compadre, clama por su vida) se extiende a lo largo de todo el relato.
- El crimen del padre Amaro (Carlos Carrera, 2002). En esta película mexicana, Amaro es un sacerdote que se enfrenta a una serie de dilemas éticos y morales. En una escena, después de cometer un acto atroz, el personaje de Amaro suplica a Dios por perdón.
- En el género del drama, La pasión de Gabriel (Luis Alberto Restrepo, 2008). En esta película colombiana, el personaje de Gabriel es un sacerdote que lucha contra la corrupción en su comunidad. En un momento de la historia, Gabriel se encuentra en una situación de peligro y suplica a Dios por protección.
- Dentro del melodrama, Yo soy Betty, la fea, creada por Fernando Gaitán, se presenta una extensa situación de súplica en la que el personaje de Don Armando ruega a Betty por su perdón después de que ella descubre la verdad sobre su comportamiento y la razón por la cual él se ha interesado en relacionarse con ella. Esta situación de súplica se extiende a lo largo de varios capítulos de la telenovela, en los cuales don Armando, perdidamente enamorado, intenta redimirse ante Betty y convencerla de que lo perdone por sus acciones.
La súplica es una proceso no delimitado en el tiempo que busca apelar a la compasión del espectador y, por lo general, tiene un efecto y duración que pueden agotarse, por lo cual, a menudo, el autor que recurre a la situación debe recurrir a situaciones complementarias que eviten la prolongación inadecuada de la súplica y, por consiguiente, el estancamiento de la progresión dramática.